¿Sabes qué es la xerojardinería?

Las buenas prácticas de la xerojardinería nos permiten el ahorro y uso sostenible del agua en la jardinería.

A raíz de las sequías, la explotación de recursos naturales y el calentamiento global, han surgido una serie de prácticas sostenibles que claman por la utilización racional de los recursos y la protección del medioambiente.

En los últimos años, el consumo de agua ha aumentado de manera tal que gastamos más de lo que la naturaleza es capaz de reponer mediante la evaporación y las lluvias. Por tanto, se insiste en un consumo responsable para preservar nuestro más valiosos recurso, de lo contrario, la vida tal como la conocemos está condenada a desaparecer.

La xerojardinería nace con la idea principal de hacer uso racional del agua en la jardinería, evitando el despilfarro en todo momento.

“Xeriscape”, como se denomina esta práctica en los Estados Unidos, se deriva de “Xero” -que significa seco- y “landscape” –de paisaje-. El término se adoptó en Estado Unidos en la década de los ochenta tras las graves sequías que sufrieron para la época en el Oeste de los Estados Unidos. En los años noventa tuvo una gran difusión en España, influenciada por otra fuerte sequía que azotó gran parte del país en esos años.

La xerojardinería consiste básicamente en planificar un jardín bajo un uso racional del agua, agrupando una serie de buenas prácticas encaminadas al ahorro y uso sostenible de este recurso en la jardinería.

Por esto, en un xerojardín no predominan grandes extensiones de césped ni plantas que requieren mucha agua. Sin embargo, los xerojardines no son espacios secos y marrones como pudiera creerse. Por el contrario, los principios de la xerojardinería permiten crear espacios verdes muy completos y variados, llenos de color y vida.   

Una de las bases de esta práctica es escoger plantas que consuman la menor cantidad de agua posible, siempre de acuerdo al espacio y las condiciones ambientales de su entorno. Sin embargo, el ahorro de agua no es el único objetivo que se persigue; también tiene un sentido ecológico y aboga por un mantenimiento reducido, por lo que también es conocida como la “jardinería de bajo mantenimiento”.

Principios de la xerojardinería

  • El uso racional del agua mediante el riego eficiente y la selección de plantas de poca agua.
  • Análisis y mejora del suelo mediante el uso de materia orgánica que permita mejorar el drenaje, la penetración de humedad y la capacidad de la tierra de retener el agua. 
  • Reducción o eliminación de césped en los jardines, sobre todo en zonas poco lluviosas, ya que resulta siempre un problema mantenerlo, requiere riego continuo y necesita más agua que cualquier otra planta.
  • Selección de plantas apropiadas que se adapten al entorno. Es recomendable utilizar plantas resistentes a la sequía tanto como sea posible. 
  • Usar cubiertas vegetales, como el acolchado y corteza de pino, para reducir la pérdida del agua y disminuir el crecimiento de la maleza.
  • Fácil mantenimiento. Un xerojardín necesita menos mantenimiento que los jardines tradicionales, pero necesita que el mantenimiento sea bueno para crecer más fuerte y soportar mejor la sequía.

Tipos de plantas para la xerojardinería

A la hora de elegir las plantas en la xerojardinería se toma en cuenta la adaptación al tipo de suelo, al clima, las necesidades de luz y agua, y posibles plagas para favorecer la creación de ecosistemas combinados. En este sentido, optaremos por especies autóctonas y plantas de poca agua que sean adaptables al clima de nuestra zona.

Se descarta el uso de césped y se pueden utilizar especies como tomillo, magnolias, cactus, caléndula, pensamientos, romero, plantas crasas, agaves, hibisco, manzanilla, lavanda, geranios y madreselva.

Todas estas plantas puedes tenerlas en los Jardines Verticales Huichol.

El ahorro y el consumo responsable de agua no nos limitan la posibilidad de tener un hermoso jardín lleno de plantas verdes y flores de colores. Por el contrario la xerojardinería ha logrado espacios verdes muy completos, atractivos y actuales donde, sin embargo, no se necesita agua en grandes cantidades.

El agua es nuestro recurso natural más valioso, indispensable para el desarrollo de la vida, por lo que vale la pena cuidarlo y contribuir a un uso responsable.  

 

 

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