Guía de jardinería para niños

Esto es lo que debes hacer para involucrar a tus hijos en la jardinería para niños, para que aprendan y se diviertan cuidando plantas. 

Para que los niños aprendan a amar la naturaleza, debes ponerlos en contacto con ella y enseñarles a cuidarla y respetarla.

Integrar a los niños en las tareas del jardín no es difícil. Les encanta estar el aire libre, tirarse al suelo, perseguir insectos, ensuciarse y divertirse, y el jardín es una oportunidad perfecta para que los pequeños puedan hacerlo en libertad. Sólo tienes que buscar la forma de que la jardinería para niños les resulte divertida para que en verdad puedan disfrutarla, y así logren conocer la magia de la naturaleza y apreciar el valor de la vida.

Pero, ¿cómo conseguir esa fascinación? El primer paso es despertar su interés, que quizás pueda ser lo más complicado. A veces no basta con dar el ejemplo, aun cuando pueden percibir el entusiasmo de sus padres, contagiárselo se logra con un poco más de trabajo y manos a la obra.  

Puedes despertar su curiosidad integrando elementos decorativos en el jardín, colores y alpisteros para que se acerquen los pajaritos. También puedes contarles cuentos que hablen de flores, pájaros, árboles y paisajes antes de dormir para incentivar su imaginación y curiosidad por la naturaleza.

Si bien está claro que no todas las actividades del jardín son aptas para los niños, hay muchas otras que no representan ningún peligro para ellos. Estas son algunas de las tareas que pueden realizar los más pequeños en el jardín:

  • Regar las plantas. Esta es una de las actividades más fáciles y que les resulta muy divertida a los niños, ponlos a usar la manguera unos minutos al día para regar las plantas. Solo debes practicar esta actividad junto a ellos para que aprendan a no ahogar las plantas y no desperdiciar este valioso recurso natural. Recuerda que nuestra intención es que no sólo aprendan una actividad, sino enseñarles a respetar la naturaleza.
  • Remover la tierra. Si tenemos unas plantas por sembrar, los niños pueden ayudarnos a cavar hoyos en la tierra con una palita.
  • Tener su propia planta. Las plantas y niños pueden crear vínculos especiales. Haz que tu pequeño tenga una planta propia en una maceta o su propio Mini Kuchuri para cuidar.
  • Enseñarles los peligros. Debemos enseñar con responsabilidad, por eso el niño debe ser consciente de los posibles peligros. Si tienes plantas con espinas, enséñales cuáles son y por qué no deben tocarlas. Mantén alejadas las herramientas filosas y peligrosas, pero hazles saber que podrían hacerles daño para que no se acerquen a ellas.

Es importante que no les pidamos a los niños tareas que requieran un gran esfuerzo, ni siquiera a cambio de una recompensa, porque acabarán asociando la jardinería con una especie de trabajo en vez de asociarlo con una actividad gratificante y divertida; lo aborrecerán y habrás perdido su interés para siempre.

Una vez que los niños están motivados con la jardinería infantil, pueden crear un espacio en el patio o jardín exclusivo para ellos. Podemos disponer de un pequeño espacio para que cultiven y cuiden sus propias plantas o semillas. Presenciar el nacimiento de una nueva planta o una flor puede ser una grata experiencia para ellos, sobre todo si ellos han sido los responsables de ese milagro.

Todas estas tareas no sólo son divertidas sino educativas. Un estudio de la Royal Horticultural Society (Reino Unido) asegura que el trabajo en huertos ayuda en el desarrollo de la inteligencia de los niños, mejora la comprensión del lenguaje, matemáticas y los conocimientos científicos. También los ayuda a desarrollar habilidades sociales, físicas y el sentido de responsabilidad.

Otros beneficios de integrar a los niños en los cuidados del jardín:

  • Aprenden técnicas básicas de cultivo.
  • Conocen los ciclos de la naturaleza.
  • Respetan y cuidan el medio ambiente.
  • Aprenden a valorar la vida más allá de la propia.
  • Adquieren valores como responsabilidad, compromiso con un proyecto y perseverancia.
  • Desarrollan hábitos saludables.
  • Incrementan su independencia.
  • Aprenden a trabajar en equipo.

La jardinería para niños debería ser una asignatura obligatoria tanto en los hogares como en las escuelas para ayudar en su desarrollo e inculcar principios ecológicos que los preparen para los retos del cambio climático.

Empieza con predicar un buen ejemplo en casa en el cuidado y respeto por las plantas, y luego involucra a los niños en tus actividades del jardín. Recuerda acompañarlo en sus tareas pero hazles sentir que son lo suficientemente autónomos para promover su desarrollo y mantener su interés por la jardinería.

 

 

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