Cómo sembrar espinacas

En este post te enseñamos cómo sembrar espinacas, una de las verduras más utilizadas en la cocina por su versatilidad y múltiples propiedades.

La espinaca es una de las verduras preferidas por su aporte de minerales y antioxidantes y por su inigualable sabor, además de ser muy  versátil para consumir. Se puede comer cruda o cocinada, en ensaladas, frita, en tortillas y en una infinidad de variedades y recetas.

Una de sus características principales es que mantiene sus propiedades intactas al ser congelada, por lo que es una gran aliada en la cocina. Pero si procede de nuestro propio huerto, resultará mucho más sabrosa y fresca.  

La espinaca es muy fácil de cultivar y no requiere demasiados cuidados. Aunque se da todo el año, hay épocas mejores que otras. La mejor temporada para el cultivo de espinacas es en primavera-otoño, así que ¡manos a la obra!

La siembra de espinacas

Las espinacas prefieren los suelos húmedos y ricos, pero pueden crecer en cualquier suelo con suficiente materia orgánica. Si se trata de pequeños huertos o macetas, basta con agregar un poco de compost a la tierra.

Para sembrar semillas de espinacas se hace directamente en la tierra cavando agujeros de 2 centímetros de profundidad y 10 centímetros de separación entre cada planta. Si la siembra es en macetas, sólo debes esparcir las semillas por toda la superficie de la tierra conservando una separación entre cada planta de unos  20 centímetros.

Se recomienda plantar espinacas a principios de la primavera o el otoño cuando hay temperaturas más templadas, porque es una planta que no soporta el calor prolongado durante su crecimiento. Aunque tolera estar a pleno sol, hay que tener cuidado de que no sea en lugares o espacios calurosos, de lo contrario florecerá prematuramente y se tornará amarga. Esto la convierte en una planta ideal para interiores o lugares de mucha sombra.

Además de saber cómo sembrar espinacas, el riego es otro factor fundamental en ésta y cualquier otra planta. Aunque le gusta la tierra húmeda, debemos evitar el encharcamiento para que al agua no pudra sus raíces. Lo más recomendable es regarla cuando veamos seca la tierra.

Regando nuestro cultivo de espinacas con frecuencia se puede obtener un buen rendimiento de la planta y hojas carnosas de color verde muy oscuro y buen sabor. Si no hacemos riegos regulares se favorecerá la producción de flores, lo que no nos interesa. La floración sólo hace que la planta gaste más energía y nutrientes en formar flores y menos en desarrollar su parte vegetativa que es la que realmente nos interesa recolectar.

En cuanto a la cosecha, podemos recolectar nuestras espinacas 2 a 3 meses después de haberlas sembrado, pero no es necesario arrancar toda la planta, basta con ir extrayendo las hojas externas más desarrolladas para que así las más pequeñas pueden crecer rápidamente para ser cosechadas luego.

Es importante no realizar la cosecha después de haber regado la planta, pues las hojas pueden romperse fácilmente.

 

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