Cómo regar orquídeas de manera correcta
Hay muchos mitos en torno al cuidado de las orquídeas. Hoy vamos a aprender cómo regar orquídeas y cuándo hacerlo.
Las orquídeas son una de las plantas de interior más populares. Su belleza, elegancia y exotismo las hacen un objeto de deseo. Sin embargo, el cuidado de orquídeas requiere una atención especial ya que son plantas tan hermosas como delicadas.
Hay muchos mitos en torno al riego de orquídeas, ya que no es una planta tan fácil de mantener como quisiéramos. Son muchas las personas que lo han intentado, pero no todas logran que una orquídea sobreviva más de una temporada.
Una de las principales razones es que no se les da la correcta administración de agua: o las ahogamos o las dejamos morir de sed. Pero siempre hay excepciones, veamos a continuación cuándo y cómo regar orquídeas.
Como hemos dicho en ocasiones anteriores, no existe una norma general para el riego de las plantas. Lo mismo sucede con las orquídeas, el riego dependerá de muchos factores, como la variedad de la flor, su tamaño, su etapa de desarrollo, el ambiente donde se encuentra, entre otros, por lo que un buen método es observar las hojas y sus raíces, y conocer el tipo de orquídea que tenemos.
Las orquídeas provienen de climas tropicales, es decir, su entorno natural es muy cálido y muy húmedo. Se han adaptado a las estaciones vegetando durante las lluvias y descansando durante los períodos de sequía, alimentándose con las reservas que han adquirido durante las lluvias y manteniéndose sólo con el rocío de la mañana.
En este sentido, el riego de orquídeas sólo cuando están casi secas simula su ambiente natural. Esto significa que debes observar tu planta y regarla cuando notes que empieza a secarse.
La frecuencia del riego dependerá del nivel de humedad del ambiente donde se encuentra, la temperatura y la luz que reciba tu orquídea. Por lo general, ninguna variedad de orquídeas requiere riego diario; regarlas en exceso hace que las raíces se pudran y mueran.
A las orquídeas les gusta mucho la humedad pero no necesitan mucha agua directa, por lo tanto, desarrollar un patrón de riego que tenga en cuenta tu ambiente es imprescindible para su salud y floración.
El sustrato debe drenar correctamente para que sea capaz de retener la humedad sin encharcamientos que puedan pudrir las raíces. Como necesitan que el sustrato se seque rápido, la forma más efectiva de regar las orquídeas es rociar sus hojas y las raíces, con cuidado de no mojar las flores.
En verano, generalmente la frecuencia de riego para la mayoría de las plantas es mayor que durante el invierno. En la época estival regaremos las orquídeas dos o tres veces por semana, mientras que en invierno será suficiente una vez a la semana.
La forma más fácil de saber cómo regar orquídeas es pasarlas bajo un chorro de agua a temperatura ambiente. Si usas un dispersor en vez de colocarla bajo un chorro de agua con fuerza, mejor para la planta. Riégala durante un minuto dejando que el agua filtre correctamente.
Nada mejor como regar orquídeas por la mañana, con abundante agua y pocas veces. Regar con más frecuencia y menos cantidad de agua puede terminar por ahogar tu planta. Haz la prueba con tu dedo para comprobar si la tierra está seca; si no sientes humedad o el sustrato está casi seco es hora de regarla, si de inmediato la sientes húmeda dale más tiempo. No olvidemos la regla: si tienes dudas, lo mejor es no regar.